Estábamos ahí los dos, una habitación desnuda. Sabíamos que el propósito por el que nos encontrábamos en el lugar era simple. Si hace unos meses me hubieran planteado la idea de un encierro con lo desconocido, me hubiera burlado de ello. Nuestras lenguas, físico, pensamiento y estatus eran muy diferentes, aunque nuestra situación era la misma. Primero llegué yo, estaba disfrutando de los jardines cuando todo se torno oscuro, al poder observar lo que había en mi alrededor solo encontré una habitación, grité todo lo que pude, sin embargo, nadie llegó a mi ayuda. Las comidas eran escasas y la higiene era casi nula. Los días pasaron, pero nada cambio, parecía que me encontraba en la oscuridad completa y una soledad que me consumía lentamente. Un día llegó él, su vestimenta era diferente, aunque sus rasgos distintivos lo hacían muy atractivo. A juzgar por las pocas joyas que le permitieron quedarse, su estatus social era alto. La habitación se volvió una cárcel callada, a pesar de mi nueva
Tú
no sabes lo que quieres pero piensas que soy yo
Podré
ser yo, podrá ser ella o tal vez alguna de esas
Varias
metas divagando por tu mente sin razón
Que
no se acomodan en un sitio para poner tu corazón
Pones
un pedazo en cada armario que dejaste abierto
Y
esperas que se cierren por otro necio y terco
Lo
siento por la vida que te tocó vivir
Que
esta te haya hecho indeciso y cobarde
Tú
miras mis ojos y me eliges al instante
Pero
de un momento a otro mejor te vas por aquel rostro.
Solo
buscas consuelo, cariño y comprensión
A
pesar de que yo lo di vas por disfrute y diversión
Tú
no sabes lo que quieres pero piensas que soy yo
Cuando
sepas dónde fueres me hablas por favor.
Comments
Post a Comment