Estábamos ahí los dos, una habitación desnuda. Sabíamos que el propósito por el que nos encontrábamos en el lugar era simple. Si hace unos meses me hubieran planteado la idea de un encierro con lo desconocido, me hubiera burlado de ello. Nuestras lenguas, físico, pensamiento y estatus eran muy diferentes, aunque nuestra situación era la misma. Primero llegué yo, estaba disfrutando de los jardines cuando todo se torno oscuro, al poder observar lo que había en mi alrededor solo encontré una habitación, grité todo lo que pude, sin embargo, nadie llegó a mi ayuda. Las comidas eran escasas y la higiene era casi nula. Los días pasaron, pero nada cambio, parecía que me encontraba en la oscuridad completa y una soledad que me consumía lentamente. Un día llegó él, su vestimenta era diferente, aunque sus rasgos distintivos lo hacían muy atractivo. A juzgar por las pocas joyas que le permitieron quedarse, su estatus social era alto. La habitación se volvió una cárcel callada, a pesar de mi nueva
Desamor
Hermoso atardecer en el mes de otoño, las hojas de los árboles caen, un olvido del aquel amor, el cual no funcionó, hermosas melodías escucharé, historias fracasadas olvidaré, un desamor para olvidar los viejos capítulos. viejas canciones escucharé día a día, un verso del olvido escribiré, te dejé de olvidar por la relación, te eliminé de todas mis redes sociales, y no quise saber nada de ti. Un desamor para olvidarme de todo, cartas y fotografías fueron quemadas, aquella noche te dejé de amar, aquella noche ya no quise saber nada. Hermosa noche con una copa de vino, recuerdos fueron tirados a la basura, un amor que no funciono por estupideces, ya no quise nada de ti, confianza ya no era la misma pero un desamor fue justo y necesario, un desamor para olvidarte completamente, días y noches dejándote de amar.
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