Skip to main content

Convocatoria séptimo volumen

 

Historia Corta - El deseo de Eloína

El deseo de Eloína


En ese torrencial invierno de octubre, ella deslizaba su cuerpo sobre la ducha que años atrás, le había construido Miguel. Su cuerpo no era escultural, era un himno al diario vivir y la naturaleza, que incluía vellos y estrías, que la hacían más linda. Sus pechos grandes y caídos, le recordarían que deseaba ser madre, quizás tan pronto pasara el invierno.
Esa idea no emocionaba a Miguel, quien había sido padre ocho años atrás, con Lorena su primera esposa. Y detestaba todo aquello que implicara la niñez, e intento que Eloína se olvidara de ese deseo incrementando salidas al cine, los museos, los bares, y las calles solitarias de Estambul. Ella intentaba agradar a Miguel, y sacarse de la cabeza ese deseo que la acompaño desde niña.
Y no lograba, su anhelo de ser madre superaba toda expectativa. Al punto que cada noche cuando hacia el amor con Miguel, ya no lo disfrutaba a plenitud. Solo deseaba que alguno de esos granizos de lluvia que salían de su marido, alcanzaran a su solitario ovulo. Ponía las manos en su vientre, y no podía dejar de soñar, ese niño con cabellos rojizos, que pintara con sus ojos amarillos al sol. Su boca tendría que ser tan pequeña como las fresas que la abuela traía al atardecer, y sus manos tan blancas como las nubes, un retrato de Miguel.
Esta mañana las náuseas, el mareo, y la falta de apetito, hicieron estragos en el rostro angelical de Eloína. Miguel ha descubierto que su mujer no usa toallas femeninas hace quince días, y esto le generado una ira incontrolable. No deseaba volver a oír ese llanto que alteraba sus sueños, y elimina toda posibilidad de pintar. Por eso no dudo que Eloína se realizara una prueba de embarazo, esa que arrojo las dos rayitas indicando que su deseo se había cumplido.
La alegría de Eloína superaron todo malestar, y la partida de Miguel sería inevitable aquel septiembre frío.

Comments

Popular posts from this blog

Convocatoria séptimo volumen

 

Ensayo - Criminologia y Criminalistica

La criminología y la criminalística se pueden llegar a confundir ya que la mayoría de las personas piensan que son iguales puesto que no es así, ya que cada una cuenta con diferentes métodos y técnicas que las diferencian. De igual forma el propósito, objetivo y finalidad de cada ciencia es completamente diferente, busca responder interrogantes con la finalidad de resorber una investigación. Para las personas que se interesen en estudiar algo relacionado a la investigación criminal se pueden confundir al momento de escuchar las palabras de criminología y criminalística, por lo cual deben de conseguir información que les ayude a diferenciarlas. Palabras claves: criminología, criminalística, ciencia, comparación, similitudes, diferencias. Capítulo uno: La Criminología 1.1 Definición de criminología Según la literatura científica actúa, se define la criminología como al conjunto de conocimientos que estudia los actos antisociales desde el punto de vista de varias ciencias auxiliares (Rodr

Historia Corta - Palabras diferentes pero con un mismo significado, iniciando una nueva amistad

Estábamos ahí los dos, una habitación desnuda. Sabíamos que el propósito por el que nos encontrábamos en el lugar era simple. Si hace unos meses me hubieran planteado la idea de un encierro con lo desconocido, me hubiera burlado de ello. Nuestras lenguas, físico, pensamiento y estatus eran muy diferentes, aunque nuestra situación era la misma. Primero llegué yo, estaba disfrutando de los jardines cuando todo se torno oscuro, al poder observar lo que había en mi alrededor solo encontré una habitación, grité todo lo que pude, sin embargo, nadie llegó a mi ayuda. Las comidas eran escasas y la higiene era casi nula. Los días pasaron, pero nada cambio, parecía que me encontraba en la oscuridad completa y una soledad que me consumía lentamente. Un día llegó él, su vestimenta era diferente, aunque sus rasgos distintivos lo hacían muy atractivo. A juzgar por las pocas joyas que le permitieron quedarse, su estatus social era alto. La habitación se volvió una cárcel callada, a pesar de mi nueva