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Depresión y baja autoestima en la adolescencia
INTRODUCCIÓN.
“La mente es la raíz de la
libertad.”
Actualmente vivimos en tiempos en
donde cada ser humano es completamente libre de hacer cualquier
actividad y de realizar cualquier acción, siempre y cuando no agreda
o lastime a los demás. Estamos inmersos en el mar del desarrollo
tecnológico y muchas veces nos concentramos en nuestros propios
fines que olvidamos el proyecto más importante en nuestra vida.
Ayudar al prójimo en lo que nos sea posible y estar ahí, preparados
para tenderle la mano cuando caiga.
Muchas veces no somos conscientes
de los problemas que puede estar pasando la persona de al lado, del
porque su mirada se ha tornado opaca, o del ya no sonríe más,
vivimos tan afanados en las preocupaciones del día siguiente que no
podemos poner en pausa nuestro mundo para ver con nuestros propios
ojos lo que verdaderamente está pasando en nuestro país, estado o
nación. Señoritas quitándose la vida por su falta de amor hacia sí
mismas.
Jóvenes con grandes problemas de
depresión que han aquejado su corazón y ser en gran manera.
Trescientos cincuenta millones de
personas con problemas de depresión y baja autoestima en todo el
mundo.
Y… yo te pregunto, ¿qué hemos
hecho para ayudarlos?
RESUMEN.
La depresión es un estado
mental, el cual daña y hiere a la persona que la padece,
destruyéndola por completo y dejándola en la ruina total.
Es más que una tristeza
momentánea y sus síntomas no desaparecen inmediatamente, pues es
todo un proceso en el cual la persona que la padece se enfrenta a
constantes luchas por un camino que tiene que aprender a superar con
la ayuda y apoyo de sus seres queridos. Pero hay personas que no
logran detectar que padecen de este trastorno hasta que es demasiado
tarde.
En este ensayo, analizaremos
detenidamente la gravedad del problema y se creará una conciencia
sobre lo que nosotros podemos hacer para ayudarlos.
PALABRAS CLAVES: Depresión,
Baja autoestima, Soledad, Aislamiento social, Dolor, Destrucción.
Autor: Margarita
Abigail Cruz Flores
DESARROLLO DEL TEMA.
Muchos adolescentes se enfrentan
a grandes retos y experiencias que influyen en gran manera sobre su
vida y les marcó de una manera sorprendente en los diferentes
ámbitos en donde se desarrollan. Se confrontan a dilemas
existenciales e incluso con los ideales familiares que poseen.
Todos hemos escuchado hablar
alguna vez sobre la palabra “depresión” y “baja autoestima”,
solemos escuchar algunas consecuencias, pero… ¿qué has hecho tú
al respecto sobre este problema?, ¿alguna vez has visto en carne
propia el daño que realmente le causa al afectado y a las personas
que se encuentran a su alrededor?, ¿o acaso piensas que al hablar de
depresión hablamos de una tristeza momentánea que vine de vez en
cuando? No, no lo es, la depresión suele hundir cada vez más a la
víctima en un estado de abatimiento, culpabilidad, infelicidad y le
impide ser libre para disfrutar cada hecho de su vida. Se vuelven
presos de sus propios miedos, temores, el sentido de la vida se
pierde. Se vuelven inmunes a cualquier sensación o emoción y creen
que no poseen salvación alguna.
¿Aun piensas que porque estas
triste es depresión?
No, es una enfermedad mental
silenciosa que cada día avanza, acechando a su víctima, esperando
el momento adecuado para hundirlo en la miseria cuando se presenta
cualquier oportunidad. Les arrebata todo por completo, su felicidad,
su alma, su personalidad y busca tu destrucción enteramente.
¿QUÉ ES DEPRESIÓN?
Podríamos acercarnos más a este
término si analizamos el origen de la palabra en el latín,
depressio, que
significa opresión, encogimiento o abatimiento. Este término hace
referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan
principalmente a la esfera afectiva del individuo. Puede haber muchos
factores que influyan para que una persona pueda caer en este estado,
los principales factores internos se deben a cierto tipo de
paradigmas que se han creado en la mente del individuo a lo largo de
su niñez o adolescencia, productos de hechos traumáticos o
impactantes que generan lo que algunos autores denominan: “creencias
limitantes”.
Cuando hablamos de este término
no hacemos más que hacer referencia a la mentalidad que nos hemos
creado respecto al valor humano que cada uno debe de darse como
persona y ser humano. Muchas de las victimas que padecen esta
enfermedad son aquellas que tienen una baja
autoestima, que creen
que su vida no posee ningún valor. Personas, señoritas, jóvenes
que sienten que no aguantan más la precisión de su familia, de ser
la hija (o) perfecto para todos, que creen y asegurar “ser unos
buenos para nada”, sienten que no le podrían ofrecer a la sociedad
nada valioso de sí mismos. Que son como comúnmente se suele decir
un cero a la izquierda
de muchas personas y
poco a poco se empiezan aislar socialmente sin que nadie lo note. Y
es ahí en donde el individuo entra en un estado crítico porque al
querer pasar desapercibido (a) para la sociedad se hace más débil a
tener tendencias homicidas. Estos casos han ido empeorando y siendo
cada vez más graves, en donde ya ni siquiera la familia advierte el
problema que se les viene encima. Y al final se enteran de todo
cuando ya es demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Existen también factores
externos que rodean a la persona y la dañan física o mentalmente,
que se producen con facilidad debido a las creencias limitantes que
la persona haya adquirido en base a ciertos sucesos de su vida.
Algunos de estos pueden ser haber presenciado un asesinato, accidente
o tragedia; ser víctima de una violación, o el mismo estrés de la
vida cotidiana.
En el caso de los adolescentes
las causas son de diversas índoles, en donde la vida emocional,
sentimental, social y mental del joven toman más importancia, ya que
el impacto suele ser con más ímpetu de lo pensado, ha habido casos
registrados en México en donde niños, niñas, señoritas, jóvenes,
adultos y ancianos se quitan la vida porque no pueden aguantar las
cargas que tienen de esta, por mala alimentación o por los cambios
estructurales que ocurren en el cerebro.
Teniendo contacto directo con los
afectados, me han hecho sentir una presión en el pecho, cuando un
joven dijo la siguiente frase:
“… Nadie puede llenar este
vacío, porque, ni siquiera yo sé de dónde salió este abismo que
me consume, solo sé que, no me importa nada, no me importa sentir,
no me importa vivir, y ya no quiero sentirme así.”
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